Algo que les suele suceder en multitud de casos a los usuarios de Windows (y de otros sistemas operativos) es que instalamos software que finalmente acaba por utilizarse en contadas ocasiones, o en ninguna, pero que, pese a ello, seguimos manteniendo en nuestro sistema. Estos programas, además de recortar la capacidad de almacenamiento, afectan negativamente a la buena organización de aplicaciones e información, por lo que su desinstalación es muy aconsejable. Se trata, por ejemplo, de software en versión «demo» caducada, que venían de serie con nuestro equipo y carecen de utilidad, u otros desarrollos que disfrutamos durante un tiempo hasta que encontramos otra opción mejor.
Para realizar esta limpieza de software, hacemos clic en Inicio/Panel de control/Programas/Programas y características. A continuación, ordenamos la lista por la última vez en que utilizamos cada programa para ver cuáles son los que llevamos más tiempo sin usar y, por ende, los más susceptibles de ser eliminados. Puesto que en Windows 7, por defecto, no aparece la columna Se utilizó por última vez, la añadimos. Pinchamos con el botón derecho del ratón en la fila de cabecera y elegimos Más. En la ventana de diálogo que se abre, marcamos Se utilizó por última vez y aceptamos.
Esperamos que el truco de hoy te haya resultado útil y si te ha gustado puedes dejar tus comentarios o compartirlo con tus amigos a través de Facebook o Twitter.