Instalar fuentes en Windows suele ser algo tan sencillo como copiarlas en la carpeta Fuentes de tu versión de Windows, pero, cuando utilizas un grupo de tipografías de forma habitual, resulta más conveniente que las tengas localizadas en una misma carpeta fuera de la que Windows utiliza por defecto. Eso te permite separarlas del resto de las que tienes emplazadas en tu equipo.
Instalarlas como accesos directos es un proceso muy sencillo. Lo primero que tienes que hacer es pulsar el botón de Inicio y después dirigirte al Panel de Control/Apariencia y personalización/Fuentes. En la ventana que aparecerá, están las fuentes instaladas en este momento en tu PC, pulsa en Configuración de fuentes y llegarás a una nueva ventana. En ella, localiza la zona Configuración de instalación y después marca la opción Permitir instalación de fuentes con un acceso directo para pulsar, por último, en Aceptar.
Ahora, entra en la carpeta donde tienes las fuentes a instalar a modo de acceso directo, haz clic sobre una de ellas con el botón derecho del ratón y, entre las opciones que aparecerán, selecciona Instalar como acceso directo.
Después, haz doble clic en la fuente que acabas de instalar y aparecerá la ventana de vista previa de la fuente. Allí, marca la opción Usar acceso directo, con ello quedará instalada como acceso directo y estará accesible de forma rápida para todas las aplicaciones que necesites.
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